Anticoncepción, prevención de enfermedades de transmisión sexual o detección de abuso sexual, son algunos de los ejes recurrentes en las preguntas de los adolescentes sobre sexualidad en las escuelas medias. Interrogantes que no siempre encuentran la respuesta adecuada ya que el silencio, los prejuicios y la falta de formación sobre cómo abordar la temática, atenta contra la posibilidad de los docentes de brindarles información útil y correcta.
Paula Gaitán, es egresada de la Escuela de Trabajo Social, y a partir de una beca de extensión, trabaja en el IPEM Nº 15 "Santiago Ayala" de barrio San Vicente de Córdoba para incorporar estos contenidos en la currícula y de esa forma, convertir a la entidad en una de las primeras en hacer efectiva la aplicación de la ley.
Este es el primer paso para evitar el silenciamiento del tema en el aula o que sus respuestas estén sesgadas por sus propios prejuicios, percepciones y posicionamientos.
"Algunos profesores se abstienen de abordar el tema de forma explícita en las aulas, otros lo hacen con un recorte biologicista y todos, de forma conciente o no, transmiten sus propios prejuicios y reproducen así los modelos que perpetúan las desigualdades y violencias de género, y consolidan un abordaje de tendencia moralista y/o biologicista de la sexualidad", explica la egresada universitaria.
La convicción, desde la dirección del establecimiento, sobre la necesidad de instrumentar la metodología adecuada para que los chicos reciban educación sexual, fue fundamental para que el trabajo extensionista fuera posible. La formación sexual es un derecho de los alumnos y un medio para que puedan manejar información correcta y superar cuestiones como discriminación, violencia de género o represión sexual", expresa la directora del Santiago Ayala, Cristina Trapote.
"La educación sexual debe ser una construcción de toda la comunidad educativa para que continúe más allá de las personas que lo empezamos", plantea Gaitán.
En ese sentido, Trapone manifestó su apoyo para que la educación sexual se aborde de manera transversal en la currícula y sea un proyecto institucional a largo plazo.
Por otro lado, el tratamiento de este tema en el colegio implica, para la entidad escolar, actuar en un terreno que históricamente fue monopolizado por la familia. "En experiencias en otros establecimientos se evidenció que muchos padres no están preparados para informar a sus hijos. Tienen dificultades para hablar sobre el tema porque ellos no han recibido tampoco formación sexual en cosas básicas", manifiesta Gaitán.
En tanto, espera que el trabajo con la universidad, sea tan satisfactorio como los anteriores, y que el Ipem 15 se convierta en la primera de muchas entidades educativas en poner en práctica la Ley 26.150
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