Alfonsina Storni:
Poetisa contemporánea argentina, nació en 1892 en la ciudad de Laggagia, Suiza, y emigró con sus padres a la Argentina cuando era una niña. Durante su infancia vivió en la provincia de San Juan, trabajando desde temprana edad para ayudar a sus padres.
Se graduó como maestra, ejerciendo el magisterio al mismo tiempo que se dedicaba al periodismo, usando el pseudónimo de Tao-Lao.
Sus colaboraciones fueron publicadas en el diario La Nación de Buenos Aires, diversas revistas y algunos diarios americanos. Su obra poética nace de su gran sensibilidad anímica y abarca desde el postmodernismo hasta una posición singular dentro de las corrientes vanguardistas de la época. Nunca dio en sus poemas la sensación de naturaleza, ni tibieza de hogar, pero evocó mejor su ciudad, el tráfico de las calles, la monotonía de los altos edificios, los trenes, los parques urbanos.
No obstante, la nota más persistente en ella es el amor, entendido casi siempre como una especie de furor, contrastante sentimiento romántico con notas irónicas, la dualidad entre el ser y el no ser. Todos sus sentimientos los confiesa sin veladuras en siete libros. Los cuatro primeros: "La inquietud del rosal" (1916), "El dulce daño" (1918), "Irremediablemente" (1919) y "Languidez" (1920), son íntimos y personales, mientras que los otros tres: "Ocre" (1925), "Mundo de siete pozos" (1936) y "Mascarilla y trébol" (1938), constituyen obras más reposadas y cerebrales, llenas de simbolismos y abstracciones.Algunas de sus obras inéditas fueron publicadas en Buenos Aires, en el año 1960; tal es el caso de "Cinco Cartas y una golondrina" y "Poemas olvidados". Aquejada de una enfermedad, entonces incurable, se suicidó, arrojándose al mar en la ciudad de Mar del Plata, República Argentina, en 1938. Pocos días antes de su muerte escribió "Voy a dormir", poema que revela sus claros deseos de suicidio.
- Vida:
Mis nervios están locos, en las venasla sangre hierve, líquido de fuegosalta a mis labios donde finge luegola alegría de todas las verbenas.
Tengo deseos de reír; las penasque de donar a voluntad no alego,hoy conmigo no juegan y yo juegocon la tristeza azul de que están llenas.
El mundo late; toda su armoníala siento tan vibrante que hago míacuando escancio en su trova de hechicera.
Es que abrí la ventana hace un momentoy en las alas finísimas del vientome ha traído su sol la primavera.
Tú me quieres blanca
(El dulce daño 1918)
Tú me quieres alba,Me quieres de espumas,Me quieres de nácar.Que sea azucenaSobre todas, casta.De perfume tenue.Corola cerrada.
Ni un rayo de lunaFiltrado me haya.Ni una margaritaSe diga mi hermana.Tú me quieres nívea,Tú me quieres blanca,Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todasLas copas a mano,De frutos y mielesLos labios morados.Tú que en el banqueteCubierto de pámpanosDejaste las carnesFestejando a Baco.Tú que en los jardinesNegros del EngañoVestido de rojoCorriste al Estrago.
Tú que el esqueletoConservas intactoNo sé todavíaPor cuáles milagros,Me pretendes blanca(Dios te lo perdone),Me pretendes casta(Dios te lo perdone),¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,Vete a la montaña;Límpiate la boca;Vive en las cabañas;Toca con las manosLa tierra mojada;Alimenta el cuerpoCon raíz amarga;Bebe de las rocas;Duerme sobre escarcha;Renueva tejidosCon salitre y agua;Habla con los pájarosY lévate al alba.Y cuando las carnesTe sean tornadas,Y cuando hayas puestoEn ellas el almaQue por las alcobasSe quedó enredada,Entonces, buen hombre,Preténdeme blanca,Preténdeme nívea,Preténdeme casta.
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